
Con una extensión de 6,5 kilómetros, el proyecto contempla una conexión subterránea directa entre la ciudad y el Aeropuerto Arturo Merino Benítez
En un paso histórico para el transporte público del país, el Presidente Gabriel Boric presentó oficialmente la futura Línea A del Metro de Santiago, que permitirá unir la ciudad con el Aeropuerto Arturo Merino Benítez a través de una conexión directa y subterránea.
Con una extensión de 6,5 kilómetros, el trayecto entre el terminal aéreo y la estación Huelén en Cerro Navia, de la futura Línea 7, se realizará en apenas siete minutos. En principio contemplaría dos estaciones (una en Pudahuel y otra en Cerro Navia) y utilizará trenes automatizados con estándar similar al de las líneas 3 y 6. Por lo mismo, el gobierno estima que beneficiará a unos 9,5 millones de pasajeros anuales y proyecta su puesta en marcha para el año 2032.
“Una persona va a poder conectar desde Cerro Navia hasta el terminal aéreo por vía subterránea, lo que pondrá a nuestro país y a nuestra capital a la altura de las grandes ciudades del mundo”, afirmó el Mandatario durante su intervención.
Un salto tecnológico para el transporte capitalino
La nueva línea contempla dos estaciones, dos piques de construcción, un taller, y será operada por trenes de conducción automática. Según informó Metro, los trenes estarán equipados con aire acondicionado, tecnología de punta y condiciones de accesibilidad universal.
El ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz, detalló que la construcción tomará alrededor de siete años y que el acceso al sistema se integrará con el actual sistema de pago del transporte público. “Se trata de una solución moderna y eficiente, que permitirá a miles de pasajeros conectar de manera rápida y segura con el aeropuerto”, comentó. Agregando que “en 2032 vamos a tener el Aeropuerto conectado con la ciudad a través del Metro y que se va a financiar, y esto es muy importante, sin recursos del Estado. Se va a financiar exclusivamente con la tarifa de los usuarios. Será un trayecto que tendrá una tarifa un poco más alta que la del resto del sistema, como en muchas ciudades del mundo, u son esos recursos los que se van a usar para poder financiarlas”.
La académica de la facultad de Ingeniería UC, Patricia Galilea, señaló que como en general ocurre en las construcciones subterráneas del país, los principales riesgos de atraso se apartan de lo administrativo y no son geotécnicos, sino arqueológicos. ‘En los últimos años, ese tipo de hallazgos ha sido la causa más común de demoras. Pero al ser una línea menos profunda y con solo una conexión a otra línea, podría avanzar más rápido si se prioriza’, explicó.
Para Carlos Cruz, presidente del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI) y exministro de Transportes, se trata de un objetivo plenamente alcanzable. ‘Absolutamente. Si hay voluntad de sacar el proyecto adelante, se puede. Este es un proyecto del Estado, y no tiene por qué entorpecerse por controles del mismo Estado’, afirma. Cruz subrayó que el país ya ha ejecutado obras en zonas de alta complejidad técnica -como AVO II o el tramo del Metro en Kennedy-, por lo que los desafíos asociados al trazado cercano al río Mapocho o a autopistas no debieran ser un impedimento mayor.
El financiamiento
La inversión prevista para este proyecto es de alrededor de US$365 millones, que considera el proceso de ingeniería previo, permisos, la construcción de las vías, las estaciones y el material rodante. De esa cifra, US$ 12 millones se destinarían a la fase inicial de estudios y tramitación ambiental. El costo total equivale a US$ 56 millones por kilómetro.
Metro se encargará de llevar a cabo todo el proceso previo de pre-ingeniería y tramitación de permisos hasta contar con la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) de una Declaración de Impacto Ambiental del proyecto. Plazo para ello: dos años.
Con esto en la mano, licitará a un inversionista la ingeniería de detalle, de sistemas, y la provisión, construcción y mantención del proyecto, que será financiado por este inversor. Metro lo denomina inversionista ejecutor, el que deberá proveer los recursos para el proyecto, encargarse de la ingeniería de detalle y proveer mantención de trenes y sistemas. La operación misma de esta línea A estará a cargo de Metro.
Con los recursos que la compañía estatal recaude de las tarifas, se le pagará mediante cuotas anuales al inversionista privado su inversión. La firma estima que toda la inversión se podrá financiar con la tarifa. Si la demanda es menor a la proyectada se activaría el mecanismo de compensación a Metro.
La única excepción del trazado será la estación misma del aeropuerto, pues se pretende suscribir un convenio de colaboración con el actual concesionario de la terminal aérea, el consorcio Aeropuerto Nuevo Pudahuel SCL, integrado por la italiana Astaldi y las francesas Aeroports de Paris y Vinci Airports. De ocurrir así, sería el concesionario aeroportuario el que construiría y administraría la estación, que podría transformar en un negocio pues podría instalar tiendas comerciales para su arriendo en su interior.
Aunque se parece a un modelo de concesión, no lo es porque, en términos legales, Metro no puede concesionar, pues el único organismo que puede hacerlo por ley es el Ministerio de Obras Públicas, que no lidera esta iniciativa.
Aunque el domingo, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, anunció que el concesionario del aeropuerto podría tener un rol en el proyecto, en el consorcio fueron menos concretos: “Tenemos un gran interés por conocer las alternativas que está mirando el gobierno para concretar este proyecto en un plazo lo más breve posible, dado las altas expectativas que tienen los pasajeros en torno a la conectividad entre la ciudad y el aeropuerto de Santiago”, dijo Nicolás Claude, gerente general de Nuevo Pudahuel.
Proyección internacional y desarrollo urbano
Esta conexión posicionará a Santiago como la primera capital sudamericana en contar con una línea de metro que llegue directamente a su aeropuerto, un hito que refuerza su rol como centro estratégico en la región.
Junto a la Línea A, también se anunciaron nuevas expansiones para la red: la prolongación de la Línea 4A hacia la comuna de Lo Espejo (que pasaría a llamarse Línea 10 cambiando el estándar y modernizando las estaciones) y una futura extensión de la Línea 6 hacia el poniente de Maipú, que hoy llega hasta Cerrillos pero que se está extendiendo a Lo Errazuriz actualmente, para extenderla de modo de poder entrar al corazón de Maipú y terminando en el Hospital del Carmen en la futura Parque Tres Poniente. Estos proyectos están contemplados dentro del plan de expansión del Metro hacia 2034, que proyecta una red de más de 230 kilómetros, convirtiéndola en la más extensa de Latinoamérica.
El anuncio fue recibido con entusiasmo tanto por autoridades como por ciudadanos, que ven en esta iniciativa una mejora significativa en la calidad de vida y en las oportunidades de desarrollo urbano y económico.
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